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5) Conclusiones

Estos son los medios que tenemos. Como pudimos observar, tardaron varias décadas en construirse los grandes emporios que ahora les controlan, y varias más en consolidarse una vez propiamente edificados.

Un aspecto esencial que podemos notar a simple vista en las cronologías de todos estos medios es el papel esencial que ejerce el gobierno en turno respecto al rumbo que toman en un momento determinado. Y es que, dependiendo de la tendencia que deciden tomar quienes se encuentran en los altos puestos de la nación, se van moldeando las políticas mediáticas que se siguen en el país. Aún sentimos, quizá hoy más que nunca, las secuelas de la de cuando nuestro gobierno decidió optar por el modelo estadounidense televisivo en lugar del inglés, por ejemplo.

Debido a lo anterior, y ahora que tenemos unas nuevas elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, es importante que no olvidemos este aspecto, que parece  increíblemente relegado de la opinión pública últimamente,  ya que la política de medios masivos que sigue un presidente determina, y sobre todo evidencia, en gran medida (mucho más de lo que parece) gran cantidad de las características del gobierno en turno.

Por ejemplo, reflexionemos un poco: ¿cómo era la política de medios de Diaz Ordaz? Y, ¿por qué se caracterizó, en líneas generales, su gobierno?… ¿y la de Miguel Alemán como era?, ¿y la de Fox?… al respecto, ¿nota alguna relación? Yo creo que esta es más que evidente. Por lo anterior, un voto bien informado debe de incluir imperativamente una política de medios adecuada dentro de sus motivaciones.

Hay un aspecto que creemos importante recalcar, y es que, ¿no notó usted, apreciado lector,  un elemento faltante en la historia de los medios mexicanos? Revisemos bien la historia de la radio, la televisión en la prensa… ¿nota algo? Así es, en ninguna de ellas hay momento alguno en que la sociedad deje su papel de consumidor, de espectador pasivo, para tomar acción y volverse una entidad participativa con voz y voto en el asunto. Gobierno y empresarios hacen y deshacen a su gusto y conveniencia, durante décadas mientras que los millones que conforman el resto del país solo asienten, agachan la cabeza y se dirigen a sus casas a ver la novela de las 8.

Se ha mencionado infinidad de veces en estos tiempos que cada sociedad tiene y construye el gobierno y los medios que merece, y en este caso así es. Solo la sociedad que muestra indiferencia actualmente es la capaz de hacer un cambio, solo la sociedad que se enajena con los contenidos del duopolio televisivo es la que puede exigir una mejora en la calidad de la programación, solo esa misma sociedad que compra morbo, es capaz de exigirle ética profesional y respeto a la privacidad de los individuos a los medios.

Y es que  el pueblo de México, salvo muy escasas y muy honrosas excepciones, siempre se ha caracterizado por ser extremadamente pasivo, solo se levanta cuando una gran voz se lo indica. Pensemos en nuestra historia reciente, décadas y décadas de inseguridad y nada, de repente sale una campaña mediática fuerte y ¡pum! Cientos de miles de personas salen un día a protestar, tal y como ocurrió con “Iluminemos México” hace un par de años. Claro que la propuesta quedó ahí, protestar un día, volver a la normalidad, a ser presas perpetuas de la rutina y la inseguridad que históricamente ha imperado en regiones enteras de la nación.

Por razones obvias, en este caso no va a haber una gran campaña mediática que convenza (o más bien manipule) al pueblo para que tome acción, entonces, ¿qué se puede hacer?, ¿en quién recae el cambio? La respuesta está en gente como nosotros, los creadores de este su blog, universitarios que, conscientes de lo que sucede allá afuera, y perteneciendo al campo indicado, tendremos la oportunidad dentro de un futuro cercano de cambiar el sistema desde adentro. Somos nosotros, la nueva generación, quienes tendremos en nuestras manos el poder de aportar nuestro granito de arena para cambiar la situación.

Así pues, mi estimado lector, ahora que ya sabe el pasado, es momento de crear el futuro, usted decide, puede tomar lo aquí aprendido y almacenarlo por el resto de sus días, o puede utilizarlo para que a las futuras generaciones les toque analizar unos medios más libres, más educativos, más informativos, más abiertos… unos medios, en esencia, más democráticos.

Un comentario el “5) Conclusiones

  1. ¡Suscribo su idea! La cosa es empoderar a la sociedad civil, que en realidad es la razón de ser de los medios.

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